Fray José Contreras y Arroyo fue Prior del Convento de San Juan de Dios de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes o Villa de Aguascalientes en 1772.

El maestro Carlos Antonio Contreras de Oteyza es fotógrafo con 54 años de trayectoria, se formó con fotógrafos de renombre como Enrique Bostelmann, Aníbal Angulo, Alberto Korda, Carlos Jurado y Cristina García Rodero. Ha trabajado como director del Departamento de Fotografía de la Editorial Mex-abril Mex-Ameris (1974-1984) y para revistas como Claudia, Nocturno, Bienestar, Intercambio del Banco Comercial de Comercio Exterior y Día 7, además de colaboraciones con la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes y participar en casi cincuenta publicaciones de arte y muestras colectivas e individuales, destacando Los indios coras de Nayarit, El circo de Bibis y La matanza de los chivos.

Por su trabajo ha recibido premios y reconocimientos, entre los que destacan “Medalla al mérito Fotográfico. Cuarenta años de Fotógrafo” Instituto Nacional de Antropología e Historia (2008), Gourmand 2007 al Mejor Libro de Cocina Latina por Sabores de Ensueño de Martha Chapa, premio al mejor libro de cocina regional por Cocina oaxaqueña de Martha Chapa, mejor fotografía testimonial del año en 2000 por su imagen “La diosa de la luz”, y el premio de adquisición 1992 en la Casa del Lago de la UNAM por su foto “Salvemos este bosque”.

La Comunidad Indígena de Monte Grande de Sierra Fría (Jesús María, Aguascalientes), se remonta a los últimos años del periodo colonial, cuando en 1800 los indígenas del entonces Pueblo de Jesús María hacen el denuncio de unas tierras realengas en las inmediaciones de los territorios de la Hacienda de San Blas de Pabellón y el Pueblo de San José de la Isla, lo que desencadenaría en la conformación de una pequeña comunidad que explotaría el sitio de Monte Grande en la Sierra Fría para la produción de leña y carbón vegetal, enfrentando desde entoncces diferentes precances para salvagurdar la propiedad comunal pasando por las Leyes de Reforma y los repartos agrarios de la Pos-Revolución, hasta nuestros días en que dicho sitio es reconocido como uno protegido en favor de la preservación forestal.